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17-sep.-2024, martes de la 24.ª semana del Tiempo Ordinario

«Joven, yo te lo mando: Levántate»

Gracias te damos, porque iniciamos nuestras labores y lo hacemos en la alegría de saber que lo hacemos llenos de vida, salud y bienestar; llenos de sentimientos de servicio y entrega; ante todo, llenos de ti. Haz que vivamos este día con humildad y sencillez, al igual que tú lo hiciste con la viuda de Naím: vas de camino, como lo haces cada día en nuestras vidas —aunque que muchas veces no te sentimos—, reconoces las necesidades y miras a cada persona, como miraste a la viuda y te compadeciste de ella. Devuelves la vida no sólo al joven sino también a la madre que ha quedado sola. Cuántas veces nos hemos sentido en soledad y tristeza, postrados ante las dificultades de nuestro diario vivir y no podemos oír tu palabra bondadosa: “levántate”. 

Ayúdanos, Señor, a abrir los oídos del corazón para poder escuchar tu palabra, para recuperar nuestras alegrías e ilusiones, pero ante todo para llevar esperanzas a nuestros hermanos postrados y muertos de ilusiones y de esperanzas para que también escuchen tu voz. A Ti te glorificamos, te bendecimos y te adoramos. Te damos gracias y caminamos en tu presencia. Amén. 

Un muy feliz y bendecido martes llenos de la vida del Señor 

En este día meditemos esta palabra del Maestro: ¡LEVÁNTATE! ¡ÁNIMO!

Pensamientos para el Evangelio de hoy (evangeli.net)

* «Cristo es la encarnación definitiva de la Misericordia, su signo viviente» (san Juan Pablo II).

* «Lo que movía a Jesús en todas las circunstancias no era sino la misericordia, con la cual leía el corazón de los interlocutores y respondía a sus necesidades más reales» (Francisco).

* «Jesús liga la fe en la resurrección a la fe en su propia persona: ‘Yo soy la resurrección y la vida’ (Jn 11,25). (…) En su vida pública ofrece ya un signo y una prenda de la resurrección devolviendo la vida a algunos muertos» (Catecismo de la Iglesia Católica, 994).

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.