Otra noche de sueño reparador que nos ayuda a levantarnos en esta mañana, con deseos grandes y energía renovada a iniciar esta última jornada laboral, echando las redes de la ilusión en tu nombre. Te damos gracias por darnos la ocasión de poder ver este nuevo día con ojos de optimismo y corazón de fe. Qué amor tan grande lo que depara para nosotros el saber que iniciamos nuestras labores muy confiadamente y que no desfalleceremos para hacer las cosas según tu querer. Ayúdanos a mantener esta actitud optimista y llena de esperanza, pase lo que pase, sabiendo que la última palabra la tienes tú y tu voluntad tal como nos lo has revelado.
Señor, no permitas nunca que desconfiemos de ti; sé Nuestra fortaleza y nuestra gran seguridad. Como el leproso del Evangelio, estamos necesitados de tu gracia. Tócanos y sánanos de todas nuestras lepras: egoísmos, soberbias y vanidades. Ayúdanos e ilumínanos con tu Espíritu para decirte la palabra del leproso: “si quieres, puedes curarme”. Creemos, confiamos y agradecemos tu misericordia que puede transformar nuestros corazones con tus palabras esperanzadoras: “Quiero, queda limpio”. Amén.
Un muy especial y transformador viernes lleno de solidaridad y fraternidad. Los abrazo y los bendigo.
