eres como un amanecer,
eres como una corriente cristalina de agua fresca,
eres como el canto alegre de los pájaros,
eres la sonrisa de Dios.
Nos refugiamos en tu corazón de Madre,
porque tienes tiempo para escucharnos,
te acercas al silencio de nuestra vida con respeto,
y con amabilidad curas nuestras heridas;
contigo encontramos a Jesús, Hijo bendito de tu vientre,
Él nos ama y da la vida por nosotros pecadores.
Enséñanos a amar a las personas, a quienes vemos,
y que esta sea la puerta,
para amar a Dios, a quien no vemos:
Que amemos a todo aquel que encontremos en el camino,
que lo amemos y lo sirvamos con paciencia,
que lo amemos con sus defectos y virtudes.
Ruega por nosotros,
María milagro de amabilidad,
Santa Madre de Dios y madre nuestra,
eres la sonrisa de Dios.
Amén