
De las tinieblas a la luz
Conoció las drogas a la temprana edad de los 14 años, a través de un compañero de estudio, hasta allí llegó su educación. Viene de una familia conformada por 9 hermanos, de los cuales ya fallecieron 3, lo mismo que sus padres. Nunca se casó, pero tiene una hija de 23 años. Ya es abuelo.
Desde hace 18 meses, el “Mosca”, como le decían sus compañeros del Bronx donde también habitó por un tiempo, volvió a nacer. “Yo solo veía tinieblas, oscuridad, sabía que no estaba actuando bien, siempre pensaba en Dios y me daba vergüenza de mí mismo”, afirma Diego, mirando a lo lejos y con voz entrecortada.
Un gran Milagro
Después de estar en este mundo de las drogas, de las tinieblas, de la oscuridad y del olvido, por más de 20 años, Dios lo rescató. En el lugar donde más delinquía, donde robaba mercados, computadores portátiles, celulares y hasta las baterías de los carros, fue donde le tendieron la mano y lo ayudaron a salir de ese mundo.
Fue en el Seminario Redemptoris Mater, ubicado en el barrio dónde él nació, desde el rector de esta institución católica, el padre José Vicente Sandino, hasta cada uno de los seminaristas que viven y se forman allí, lo apoyaron, le abrieron el corazón y las puertas del Seminario.
Lo acogieron en la que es su casa ahora. Ayuda en los diferentes oficios, como todos lo seminaristas. Se sostiene de la oración, participa de la Eucaristía, acude al sacramento de la Reconciliación y evangeliza a través de su testimonio de vida. El Mosca ya sonríe, agradece a cada uno de sus benefactores, “especialmente a Dios que me miró con misericordia”, exclama. Es un hombre renovado, que lucha día a día por no volver a caer.
Es una labor de la Iglesia practicar la misericordia y en el Seminario lo hicieron. Ahora cuentan con Diego, con su tiempo, con su trabajo, con su entrega, con sus ganas de salir adelante y sobre todo con la confianza de que el Mosca quedó atrás y ahora hay un hombre nuevo y lleno de Dios.
Diego Quintero Parra, pasó de las tinieblas a la luz. A continuación, los invitamos a ver este testimonio de vida: