
El Voto Nacional renace
La parroquia del Sagrado Corazón de Jesús – Basílica Menor del Voto Nacional, hace parte de la Vicaría territorial de la Inmaculada Concepción de la arquidiócesis de Bogotá. Su origen está ligado a la Guerra de los Mil Días, que empezó el 18 de octubre de 1899.
Para lograr la paz entre seguidores de los partidos Liberal y Conservador, el Arzobispo de Bogotá (de la época), monseñor Bernardo Herrera Restrepo, solicitó al gobierno del presidente José Manuel Marroquín Ricaurte, construir un templo en honor al Sagrado Corazón de Jesús.
El gobierno de Marroquín Ricaurte colaboró en la construcción del templo, según decreto 820 del 18 de mayo de 1902. Su principal argumento fue que la nación tenía como deber hacer todo lo posible por lograr la reconciliación entre los colombianos. El templo serviría para encomendar el país a Dios y contribuir a restaurar la paz y el orden.
La primera piedra para la iglesia fue puesta en junio de 1916 y el conjunto se terminó a finales de ese año. La construcción de la iglesia culminó en 1918. El altar traído desde España, fue instalado en 1952. El papa Pablo VI la elevó a Basílica Menor en febrero de 1964 y en 1975 se la declaró Monumento Nacional.
Deterioro y decaimiento
Desde los años treinta, el sector se convirtió en un terminal improvisado de buses y transporte de carga. Donde llegaba mercancía que surtía el mercado de abastos (plaza España).
De esta manera, la mayoría de sus tradicionales habitantes, se fueron del sector. Sus hogares se volvieron inquilinatos y hoteles donde los viajeros buscaban efímeros encuentros, lo que la convirtió en zona de tolerancia.
El 9 de abril de 1948, los estragos del Bogotazo, dejaron una importante huella en la zona. Después, hacia el año 1980, una cuadra arriba de la plaza de Mártires, emergió el Cartucho, uno de los sectores más peligrosos del país. En él coincidieron la indigencia, el asesinato, el tráfico de drogas y la prostitución. A pesar que el Distrito intervino el Cartucho en el año 2000, brotó uno peor; al levantarse el parque Tercer Milenio, la delincuencia se desplazó al Bronx, a contados 60 metros del Voto Nacional.
Gracias a esto, el templo pasó de ser uno de los más importantes del país a estar casi que en completo abandono.
Renacer
Debido al importante momento político, tras la firma del proceso de paz, el emergente posconflicto que vive actualmente Colombia y el desalojo del Bronx en 2016, la Alcaldía de Bogotá decidió renovar el Voto Nacional. Empezando con la recuperación y restauración del obelisco de la plaza de Los Mártires y, actualmente trabajando en la renovación del templo.
El proyecto está estipulado en tres etapas. Durante el 2017 se realizó la primera, la cual consistió en la restauración y consolidación estructural de la fachada, también la rehabilitación del reloj, las esculturas, los escudos, los vitrales, las puertas, entre otros.
La segunda etapa, programada para este año, se enfocará en la parte decorativa de la Basílica, se restaurarán los vitrales, las pinturas del techo, que son del pintor Ricardo Acevedo Bernal, de comienzos del siglo pasado.
La tercera etapa incluye el altar y la cúpula (destruida en el Bogotazo), está agendada para realizarse en el 2019. Incluye también el escudo de Colombia sostenido por un ángel. También, los ángeles que tienen un globo terráqueo señalando a Bogotá. De esta manera, se pretende recuperar los símbolos y significados de la Basílica.
Pero la restauración no es solo estructural y arquitectónica, para su párroco Darío Echeverri, recuperar la feligresía es una de las tareas más importantes del templo: “una cosa es la recuperación de la gente cuando se genera confianza y seguridad, por lo demás es un desafío muy grande para la Iglesia. Una manera de recuperarla es como dice el Papa, abriendo las puertas permanentemente, saliendo las calles, tendiendo la mano e invitando”.
Así mismo, el padre Echeverri invita desde el Voto Nacional, símbolo de paz, a todos los colombianos a reconciliarnos, a superar todos los odios y rencores, “hay heridas muy profundas pero el odio es un veneno que solo afecta al que lo saborea, por eso todos los colombianos, sin importar partidos políticos, estamos llamados a convertirnos en artesanos de la paz y la reconciliación”.