
Gracias a la confesión hemos cambiado nuestras vidas, dijo el papa Francisco
El papa Francisco acudió a la Basílica de San Pedro, donde peregrinos de Países Bajos celebraban el final de su viaje a Roma con una eucaristía. Al final de la celebración el Santo Padre dedicó unas palabras, explicando que gracias a la misericordia “nosotros experimentamos la bondad salvífica de Dios de modo particular en el sacramento de la Penitencia y la Reconciliación”.
A pocos días de finalizar el Jubileo de la Misericordia, el cual representa un momento para la reconciliación con Dios, la confesión adquiere un papel protagónico, debido a que hace parte de los pasos para obtener la indulgencia plenaria. De esta manera el papa Francisco recordó que “la confesión es el lugar en el que se recibe como don el perdón y la misericordia de Dios. Aquí ha iniciado la transformación de cada uno de nosotros y la reforma de la vida de la Iglesia”.
“El Año Santo nos hace entrar todavía más en la relación con Jesucristo, rostro de la misericordia del Padre”, dijo el Papa, y recordó que “los hombres y las mujeres de hoy tienen sed de Dios y tienen sed de su bondad y de su amor”, añadió el pontífice.
Continuó Francisco afirmando “no llegamos nunca a entender este gran misterio del amor de Dios. Es la fuente de nuestra salvación: todo el mundo, todos nosotros tenemos necesidad de la misericordia divina. Ella nos salva, nos da la vida, nos recrea como verdaderos hijos e hijas de Dios”.
Por último, invitó a los peregrinos a “abrir los corazones”, dejarse plasmar por la misericordia de Dios y animó a dejarse abrazar “por el Padre misericordioso que nos ofrece siempre su perdón. Así serán capaces de testimoniar su amor en la vida de cada día”.
Imagen: Jorge Castro - Digital