
Iluminando los caminos de la vida
El 10 de noviembre de 1926 fue fundado “El Instituto Colombiano para Ciegos”, por el profesor Juan Antonio Pardo Ospina, quien después de un accidente perdió la visión. De esta manera, decidió dedicar su vida al cuidado y formación de niños invidentes y sordomudos. Por eso, promovió la ley 45 de 1926, por la cual se fomenta la educación para ciegos en Colombia. En 1932 comenzó la construcción del edificio donde se encuentra el instituto en la actualidad y la primera piedra se consagró como homenaje a los docentes del instituto.
Juan Antonio Pardo Ospina, en agosto de 1957, fallece debido a una afección cardiaca. Gracias a su incansable lucha por las personas con discapacidad fue candidato para el premio Nobel de la Paz. Además, contribuyó en la creación del Consejo Mundial para la Promoción Social de los Ciegos (Oxford 1949) así como al Consejo Internacional para la Educación de Jóvenes Ciegos (París 1951) y del Consejo Panamericano Pro Ciegos (Sao Paulo 1954).
Para el año 1984 la junta directiva decide cambiar el nombre de la institución a “Instituto para Niños Ciegos, Fundación Juan Antonio Pardo Ospina”, en honor a su fundador.
Actualmente, la fundación es dirigida por Alonso Jaramillo Contreras (Director) y Germán Wills (Subdirector), quienes hacen parte de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro. Organización que ayuda al sostenimiento Instituto.
La Fundación
En un principio, la misión de la fundación era ayudar a niños y niñas con discapacidad visual y auditiva, pero actualmente también, atienden a personas con multidiscapacidad, incluyendo cognitiva.
La atención es integral y se realiza desde diferentes áreas: nutrición, fonoaudiología, fisioterapia, pedagogía, psicología y trabajo social, a niños, niñas y jóvenes con discapacidad visual o auditiva asociada o no a déficit cognitivo, vinculados en las siguientes modalidades:
* Internado bajo medida de protección y restablecimiento de derechos por parte del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).
* Seminternado particular con aporte de familiares, referentes afectivos y padrinos institucionales.
Hoy la fundación atiende a más de ochenta niños, niñas jóvenes y adultos en las dos modalidades. Con programas de educación formal y no formal con énfasis en el área artística y musical, con la colaboración de personal especializado. Con el objetivo de asegurar el pleno ejercicio de los derechos y responsabilidades, promoviendo una personalidad íntegra, autónoma e independiente.
A continuación, la entrevista a Alonso Jaramillo Contreras, director del Instituto para Niños Ciegos, Fundación Juan Antonio Pardo Ospina: