
La Corona de Adviento
Jesucristo es la luz que ilumina el sentido de la existencia de cada hombre y mujer, al encender progresivamente los cuatro cirios, domingo tras domingo, indicamos nuestro acercamiento a la luz plena que comenzó a brillar entre los hombres en la primera Navidad.
I DOMINGO
Estando reunidos, uno de los miembros de la familia inicia la bendición entablando el siguiente diálogo con todos:
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu...
R. Como era en el principio...
Luego algunote los presentes hace la siguiente lectura
Del evangelio según san Marcos (13, 33-35a)
Estando en Jerusalén, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuidado, permanezcan despiertos, porque no saben cuándo se cumplirá el último plazo. Sucederá como cuando un hombre se fue de viaje y dejó encargada su casa al cuidado de sus sirvientes, señalando a cada uno su trabajo, y confiando la vigilancia al portero. Permanezcan, pues, en vela, porque no saben cuándo llegará el dueño de casa.» Palabra del Señor.
Reflexión
Los cristianos esperamos la segunda venida del Señor, al final de los tiempos, pero no sabemos el momento en que ésta se producirá, por ello debemos estar siempre vigilantes. En el texto que acabamos de escuchar Jesús emplea la imagen del portero para exhortarnos a la actitud de la vigilancia, un portero se mantiene despierto para cuidar, un buen portero sabe a quien puede y a quien no debe dejar entrar, es decir, sabe discernir. De manera similar el discípulo de Jesús: en medio de las situaciones infrahumanas, injustas, de despilfarro, de usurpación de bienes, que ultrajan la dignidad de muchos hermanos, el cristiano reconoce los signos de la presencia del Reino de Dios, las señales de la venida anticipada de Jesús, y con ellos va alimentando la esperanza.
En seguida, mientras se enciende el primer cirio, se dice la siguiente oración:
Señor Jesucristo, en ocasiones nos encontramos con situaciones que contradicen la dignidad de la persona humana, situaciones de injusticia que privan a los hermanos de las condiciones más elementales para vivir; al encender este primer cirio de la Corona de Adviento te pedimos que tu Evangelio sea la luz que nos ilumine para descubrir tu presencia en la persona de los hermanos y para reconocer tu salvación en los signos esperanzadores de nuestra historia. Concédenos la gracia de una esperanza alegre para ser ante los hombres testigos de tu Reino mientras aguardamos tu venida.
Para finalizar todos repiten:
Jesús, ven en medio de nosotros.
Nosotros queremos preparar tu venida.
Nosotros te queremos recibir.
Nosotros esperamos que nos traigas tu luz, tu paz y tu amor. AMÉN.