
Reconstruir con dignidad el camino…
Sin embargo, esta obra inició en los años 80, época de marcada violencia en nuestro país, ha prestado ayuda a más de 20.000 mil familias que llegaron de diversos lugares del territorio colombiano y tocaron las puertas aquí, en esta institución, en busca de apoyo para poder volver a empezar.
Hoy el panorama se amplió, no solo colombianos de diferentes partes llegan a la oficina de la Terminal de Transportes de Bogotá, sino extranjeros, especialmente de Venezuela, son acogidos y ayudados para encontrar una salida a su problema de movilidad.
Aquí, en la Terminal de Transportes, a diario, se recibe un promedio de 15 familias que arriban en situación de desplazamiento.
Acogida y ayuda humanitaria
La pastoral de movilidad humana está en la ciudad de Bogotá, presente y activa. Desplazados forzosos son acogidos, se les brinda una ayuda con amor y escucha, ya que cada caso es diferente. Se da una guía del camino a seguir y el acompañamiento psicosocial y espiritual es la base.
Generalmente son familias, las cuales se reubican se verifica que tengan documentos legales y la gran mayoría pasan por la casa de la fundación FAMIG, allí transitan, pero se hace todo lo posible para ser reubicados tanto social como laboralmente. Se les da la mano para que puedan tener una solución a corto plazo.
Recordemos que la fundación de atención al migrante, FAMIG, es una entidad canónica sin ánimo de lucro, creada por decreto arzobispal el 8 de marzo de 2002, por el señor arzobispo, cardenal Pedro Rubiano Sáenz.
Dialogamos con monseñor Álvaro Vidales, director del FAMIG y párroco de la catedral primada de Colombia, con algunos de sus colaboradores en esta fundación y recogimos testimonios de personas que sufren en este momento desplazamiento forzoso y están siendo asesoradas y acogidas por FAMIG, a continuación: